La deontología como elemento de construcción de la profesión

Una interesante sesión para cerrar la tarde del 26 de septiembre dedicada la Deontología y el Trabajo Social, de la que resumimos la intervención del Profesor José Ángel Ceballos-Amandi.


El Profesor Ceballos-Amandi inició el debate planteando que partimos del hecho de la comprensión de la deontología como el conjunto de normas que regulan internamente una profesión. Lo que presupone, de una parte, la existencia de una organización interna de dicha profesión y, de otra, la obligatoriedad de pertenecer a dicha organización.

Hablamos, por consiguiente, de profesiones colegiadas. En este contexto, indicaba que podemos considerar la existencia de dos paradigmas, a la hora de entender las funciones del colegio, la finalidad de la deontología, y la relación de los profesionales con la estructura colegial:

PARADIGMA TRADICIONAL:

  • La normativa deontológica se plantea como un elemento de control del colectivo profesional.
  • Por eso la gestión de esta normativa por los comités o, preferentemente, por los órganos de dirección del colegio se hace a modo de tribunal.
  • Es decir, predomina el aspecto disciplinario.
  • Se prioriza la función del colegio como controlador del ámbito profesional. Por esa razón el control del intrusismo profesional prevalece sobre la construcción de la profesión.

Como consecuencia de este enfoque, el principal atractivo para pertenecer al colegio se concreta en los beneficios asociados.

En una exposición muy amena, y compartiendo su experiencia personal, nos fue alumbrando hacia otro enfoque, que se va abriendo camino otro –siempre hablando de paradigmas, y por tanto con carácter tendencial, y no absoluto-:

NUEVO PARADIGMA:

  • La normativa deontológica se plantea como marco de referencia del profesional. Es decir, se prioriza el aspecto dinámico de la profesión. Nos referimos aquí a ámbitos profesionales definidos en cuanto a su fundamentación y posicionamiento en cuanto a su aportación a la sociedad, pero cuyas zonas limítrofes profesionales son flexibles. Bien porque cabe la aparición de nuevos espacios de actuación, cuyos perfiles profesionales asociados no están claramente delimitados; bien porque la especificidad de ciertos ámbitos ya existentes y reconocidos, es tal que los profesionales dedicados a ellos pueden sentirse en una zona de intersección con otras profesiones.  Esa lo que podemos describir como profesión en construcción. Y su consecuencia inmediata es un alto grado de dinamismo, plasticidad y adaptabilidad del perfil profesional.
  • En este contexto, el espacio de lo deontológico se percibe como un ámbito de mediación, por lo que se subraya el aspecto de asesoramiento y orientación, en un contexto más dialógico que directivo.
  • El Colegio se constituye así, en el gran elemento vertebrador del desarrollo y consolidación del ámbito profesional. En ningún caso como plaza fuerte de una única faceta profesional.
  • Desde esta perspectiva, la adhesión al colegio profesional es la condición de posibilidad para poder participar en la construcción de un espacio profesional donde todos los ámbitos de la profesión se refuercen entre sí, contribuyendo a su visibilidad social.

En un contexto social y legal cambiante, donde la posibilidad de perder la condición de profesión colegiada es una realidad, la construcción de una identidad profesional que se traduzca en una visibilidad social de la profesión, con el consiguiente reconocimiento de los profesionales –que son los verdaderos artífices del proceso–, y la subsiguiente relevancia social del colegio, lejos de ser algo deseable, es una absoluta necesidad.

Tras esta aclamada exposición por parte de las personas que escucharon con gran interés sus argumentos, se dió inicio al debate entre las colegiadas y colegiados asistentes, acercando la realidad profesional en la que nos encontramos los y las trabajadores sociales, compartiendo con el profesor la necesidad de una identidad profesional por encima de un elemento de control por parte d ellos colegios profesionales, y con la convicción que la puesta en marcha de la Comisión Deontológica es sólo el principio de una gran andadura.

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José Ángel Ceballos-Amandi es el coordinador del área de Ética Profesional de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid y profesor de Ética Profesional en las titulaciones de Trabajo Social de dicha universidad.