Día Mundial de la Prevención del Suicidio: la mirada del Trabajo Social ante un reto social

El 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha que recuerda la urgencia de seguir generando conciencia y de impulsar estrategias eficaces desde todas las disciplinas profesionales.

Con motivo de esta jornada, desde el Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid hemos conversado con Miguel Ángel Alfaro González, Trabajador Social Sanitario, con amplia experiencia en atención primaria de salud, Vocal de la Junta de Gobierno del COTS Madrid y coautor del proyecto de prevención de suicidio: “Agárrate a la vida”. Actualmente ejerce como técnico de apoyo en la SG de Atención y Coordinación Sociosanitaria y además es responsable del proyecto de educación para la salud “en internet #cuidate”.

Desigualdades, soledad y vulnerabilidad: el trasfondo social del suicidio

Miguel Ángel comenta que detrás del incremento de la conducta suicida confluyen factores sociales de gran peso, entre los que destacan la tensión y degradación en las relaciones, los cambios socioeconómicos que desgastan la calidad de vida, las pérdidas y duelos personales, las catástrofes medioambientales cada vez más recurrentes, el desarraigo y la vulnerabilidad social. A ello se suma una “enfermedad social” emergente: la soledad no deseada, que afecta especialmente a la población mayor y a la juventud.

Internet y redes sociales: entre el riesgo y la oportunidad preventiva

Miguel Ángel subraya que estamos ante un nuevo determinante social en salud: el entorno digital. “La exclusión digital equivale cada vez más a exclusión social, y este déficit se convierte en un factor de riesgo para la salud mental. En el ámbito online aparecen amenazas como la adicción, el ciberacoso, la ciberviolencia de género o el acceso a contenidos nocivos, que inciden directamente en la aparición de ideación suicida”.

En adolescentes y jóvenes, la influencia del entorno digital está estrechamente ligada a la percepción de soledad, al aislamiento social y a la pérdida de confianza en los demás. Fenómenos como el llamado “cibersuicidio” —acciones motivadas por la influencia de foros, páginas prosuicidio o comunidades virtuales— reflejan la magnitud del problema. Solo en 2022, casi un millón de personas en España buscó en internet frases como “quiero quitarme la vida sin dolor”.

Aun así, Miguel Ángel destaca que “internet y las redes sociales no deben ser vistas solo como riesgo: también son espacios con potencial preventivo e inclusivo, siempre que se trabajen desde la educación digital, la generación de hábitos saludables y la detección temprana de problemas de salud mental”

El Trabajo Social como primera línea en la prevención del suicidio

El suicidio es, al mismo tiempo, un problema social y de salud pública. Para Miguel Ángel, el Trabajo Social tiene un papel esencial en su prevención y abordaje integral: identificar poblaciones en riesgo, promover campañas de sensibilización, fortalecer los apoyos comunitarios y generar condiciones de bienestar que reduzcan la exclusión social.

“Nuevas realidades sociales, nuevas prácticas y enfermedades sociales exigen más Trabajo Social”, afirma. La disciplina aporta herramientas para detectar, acompañar y prevenir, situándose en la primera línea frente a los factores estructurales que agravan el sufrimiento como la pobreza, la discriminación, el aislamiento o del desarraigo.

En este Día Mundial de la Prevención del Suicidio, desde el COTS Madrid recordamos que el suicidio se puede prevenir y que el Trabajo Social es clave para ello, trabajando en red con otros ámbitos profesionales y poniendo siempre a las personas en el centro.