Así vivimos la Jornada ‘Fortaleciendo el vínculo en los Servicios Sociales: sinergias en la intervención social’ en Mejorada del Campo 

Un año más, el pasado 28 de mayo se celebraron las jornadas Fortaleciendo el vínculo en los Servicios Sociales: sinergias en la intervención social en Mejorada Velilla, organizadas por los Servicios Sociales de la Mancomunidad y el Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid.  En su vigésima edición, se ha convertido en una cita anual obligada para las trabajadoras sociales que, junto con jóvenes estudiantes y otros profesionales vinculados a nuestra área, pudimos disfrutar de una mañana repleta de conocimiento y reflexión en torno a la que es nuestra mayor motivación y objetivo como profesionales que trabajamos con y para personas: forjar vínculos y crear relaciones que generen impacto.

Nuestra decana, doña Belén Novillo, fue la encargada de dar la bienvenida, junto a diña Iris Álvarez Ruiz, presidenta de la Mancomunidad de Servicios Sociales de Mejorada-Velila, don Jorge Capa Carralero, alcalde de Mejorada del Campo y don Ignacio Ayres Janeiro, director general de Servicios Sociales de la comunidad de Madrid.

Novillo habló de las dificultades que las profesionales del trabajo social encuentran tanto con la asunción de la gestión administrativa como por el control de numerosas prestaciones que, de manera inevitable, pueden conducir a una excesiva burocratización en el día a día de la profesión.  Esto “ha ido en detrimento de la verdadera función que tenemos que es acompañar a través de la relación profesional.”

“No tratamos expedientes, no gestionamos recursos, no tratamos problemas. Tratamos personas y, si no nos vinculamos con las personas con las que trabajamos, no podremos intervenir.”

Continuó su discurso haciendo referencia a la pericia de compañeras de nuestra área, y otras profesiones amigas en su quehacer profesional: “Nos movemos como peces en el agua, aguas a veces turbulentas llenas de negrura, contaminación y sufrimiento. Por eso, no podemos perder el foco de trabajar desde la horizontalidad, de ser conscientes de que la persona con sus circunstancias es la experta y de que somos solo facilitadoras. Son las personas las que acumulan la sabiduría. Nosotras acumulamos conocimiento y experiencia que debemos poner encima de la mesa para facilitar guiar y acompañar. Acompañar en la incertidumbre y caminar con ella al lado de la ciudadanía. Mirar, estar en silencio, practicar la escucha genuina, co-construir relatos, ayudar a generar historias de vida. Cada historia es única y personal y nosotras no tenemos la verdad.”

Para cerrar su intervención, Belén recordaba el libro de Chimamanda Ngozi Adichie sobre el peligro de tener una Historia Única y concluía “Todo esto que os cuento aquí debe ser nuestra brújula y debe poner luz a estos mapas en la oscuridad por los que a veces transitamos”.

Miren Ariño, encargada de la ponencia principal La creación de vínculos desde la práctica colaborativa, nos condujo por un camino de reflexiones que nos interpelan como profesionales y nos llevan a cuestionarnos acerca de nuestra actuación, a repensar desde dónde nos situamos en la relación que establecemos con las personas, a “conocer y reconocer en las otras personas, lo que nos hace ser y cuánto hay de común en nuestras vidas”

A lo largo de su magistral exposición, nos invitó a revisar nuestras experiencias, referentes y modelos a través de numerosos interrogantes que nos llevaron a cuestionarnos sobre el rol profesional que adoptamos, guiándonos en el camino hacia una verdadera praxis colaborativa. Apoyándose en la sabiduría de su admirado Antonio Machado, Miren nos fue “acompasando” para resignificar nuestro lenguaje como vehículo que crea realidad y establece el marco de sentido desde el que nos ubicamos, llevándonos a la necesidad de deconstruir y reconstruir narrativas con el fin de resignificar nuestro trabajo. El diálogo, como “motor de la praxis colaborativa”, no debe perseguir únicamente recoger información, sino generar conocimiento y relación desde una posición de “curiosidad genuina y vínculo horizontal”.

Gracias, Miren, por regalarnos tanto aprendizaje para avanzar en la co-construcción de un saber-hacer participativo y corresponsable, avivando en nosotras la necesidad de “agudizar el sentido ético de nuestra praxis colaborativa”

Tras la entrega de premios y reconocimientos que hicieron las compañeras doña Eva del Pozo Acebrón, auxiliar administrativa de la Mancomunidad y doña Elena Estévez Olmedo, trabajadora social de la misma. comenzó la primera mesa redonda sobre El vínculo: perspectivas e impacto.

Raúl Castillo nos empujó a reflexionar en torno al vínculo desde una perspectiva personal en primer lugar: “¿Qué tiene esto que ver conmigo?”, “La apuesta por el vínculo es una apuesta personal”, conectando a continuación con el plano profesional, en la eterna disyuntiva sobre si tiene cabida lo personal y lo profesional en el campo de acción social. “Acompañamos a las personas desde la profundidad de su vivencia y desde los cuerpos que somos, porque todo nos pasa por el cuerpo”, recordando la centralidad del vínculo en nuestras profesiones

“Lo que trama nuestras profesiones tiene que ver con el vínculo” y “todas las organizaciones están vehiculadas por el vínculo”

Escaló hacia una concepción comunitaria desde la que seguir construyendo espacios de vinculación, ya que “no se trata solo de acompañar uno a uno, la perspectiva tiene que ver con la comunidad” y trabajar por evitar la fragmentación actual y el desmembramiento del trabajo comunitario.

Por último, finalizó su intervención situando nuestra mirada en el otro desde el no saber para desde ahí poder acompañar, entendiendo a la persona con sus propios códigos.  Un acompañamiento que debe partir del establecimiento de entornos de seguridad, que implica presencia (“estar con”) y dirección (“hacia”), con el objetivo de cocrear saber y vivencia con las personas.

Libertad González, por su parte, nos ilustró con sus reflexiones sobre el vínculo con los/as compañeros/as. “La única vía para vincularnos también con los/as otros/as es trabajar conjuntamente, el trabajo en red colaborativo”. Trabajo que implica un esfuerzo por generar puentes a pesar de la complejidad de los contextos, constante y regular, al que se refirió como “eje actitudinal”.

“Lo primero, es conformar la actitud, cómo nos vemos a nosotros/as mismos/as y al/la de enfrente”

Ver al otro como sujeto competente, sin devaluarlo ni infravalorarlo, a nosotros/as mismas en posición de necesidad, y a las personas usuarias como parte de la red, son algunas de las valiosas pautas que nos entregó Libertad para profundizar en esta vertiente del vínculo.

La jornada finalizó con el testimonio de Manuel y Perla, familia atendida en el Centro de Servicios Sociales de Mejorada- Velilla, que nos relataron su cambio de visión hacia el colegio y hacia el centro de Servicios Sociales en el transcurso de la intervención, y sobre todo, su propia percepción sobre su evolución: “Hemos visto la mejoría con el paso del tiempo”. “Han investigado el problema, se han metido en el problema”, relató Manuel, poniendo en valor el trabajo llevado a cabo por el equipo interdisciplinar de las diferentes instituciones presentes en la mesa.

La clausura de la jornada estuvo a cargo de Mar Cercadillo Isla, directora de la Mancomunidad y Marta Cubero, vicedecana del Colegio Oficial de Trabajo Social de Madrid. Mar detalló los resultados de la encuesta realizada entre profesionales asistentes acerca de la medición del impacto del vínculo, de la que resaltó la ausencia de estandarización y categorización de esta dimensión relacional. “Se puede evaluar lo intangible, y además tenemos que hacerlo sin vergüenza. “¿Por qué estas categorías son menos importantes?”, son algunas de las reflexiones que puso encima de la mesa.

Cubero reflexionaba en estas conclusiones sobre cómo el vínculo, que es la base de toda intervención social, nos permite trabajar de lo individual para conseguir construir y generar conciencia, organización comunitaria y compromiso colectivo. Todo esto, como ella decía, implica generar cambios estructurales. La vicedecana del colegio terminaba su participación recordando las palabras de Belén Novillo que iniciaban la jornada y, de esta manera, nos recordaba que “Cada historia es única y personal. Nosotras no tenemos la verdad. Debemos abandonar la omnipotencia y no olvidarnos que somos invitadas a la vida de las personas”.