Síntomas de estancamiento al finalizar una legislatura positiva para los servicios sociales, por mantenerse los recortes del gobierno central

Nos hacemos eco de la nota de prensa de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, tras la presentación de los resultados del índice DEC2018

Faltan 1.300 millones de euros anuales para recuperar la inversión anterior a la crisis
– País Vasco, Navarra y Castilla y León siguen teniendo la mejor calificación en materia de Servicios Sociales.
– La C. de Madrid es la que tiene peores Servicios Sociales, seguida de Murcia, C. de Valencia, y Canarias si bien estás dos últimas registran mejoras significativas.


Los resultados del Índice DEC 2018 coinciden con el final de la legislatura y el inicio de la nueva a nivel estatal, municipal y en la mayor parte de las Comunidades Autónomas. Constituye así la oportunidad de realizar un balance de la legislatura que finaliza, así como de plantear los retos para la nueva, tanto a nivel general como en cada territorio.

Se puede apreciar así una evolución globalmente positiva, ya que, si al comienzo de la legislatura la puntuación global era de 4,54 puntos, en 2018 supera el aprobado, con 5,22 puntos. La evolución positiva se registra en casi todas las Comunidades y especialmente en aquellas que partían de una peor situación, como la C. de Valencia y Canarias. Madrid, la Comunidad con peor calificación de sus servicios sociales en 2018, es la que registra un mayor deterioro de sus servicios sociales.


No obstante, la evolución positiva de los servicios sociales en los primeros años de la legislatura en todas sus dimensiones (ordenación, relevancia económica y cobertura), parece estancarse en los dos últimos años en muchas Comunidades. Así mismo, más allá de los datos, sigue planeando la amenaza de convertir a los Servicios Sociales en meras oficinas de procedimiento, acreditación y clasificación de la ciudadanía (checking social) en función del cumplimiento de requisitos para acceder a diversas ayudas que se establecen para atender las situaciones de pobreza, en una clara deriva asistencialista, a falta de un sistema global de garantía de ingresos.


Por último, se mantienen en buena medida las grandes diferencias entre territorios, así como de los desequilibrios del Sistema.